
¡Por fin! Después de una espera que parecía interminable, llegó a mediados del 2018 a la pantalla grande, una película estadounidense de horror digna de comentarse, una bocanada de aire fresco para un género moribundo estancado en una lamentable crisis de originalidad que data de hace años. Y es que, salvo uno que otro intento fallido por rescatar las viejas fórmulas y trasladarlas al contexto moderno, lo demás alterna entre la copia desvergonzada...