domingo, 10 de noviembre de 2019

BLOOD LINK (1982)


Un director italiano del montón llamado Alberto de Martino, especialista en cine B, intentó emular a su compatriota Dario Argento con ésta película que, si bien no es formalmente un Giallo, sobre todo porque desde el principio conocemos la identidad del asesino, contiene algunos elementos del subgénero. Reitero que la influencia de Argento es evidente, pues al igual que Rojo Profundo y Phenomena, se trata de un thriller cuyo detonante es un evento sobrenatural. Sin llegar al nivel del maestro, a De Martino le alcanza por lo menos para ser considerado ésta vez como un Brian de Palma en sus tiempos de medianía.

Blood link trata sobre un médico (Michael Moriarty) que tiene visiones en donde es testigo de cómo él mismo comete sangrientos feminicidios. Tras una serie de revisiones médicas e investigaciones, llega a una conclusión: los asesinatos son cometidos por su hermano siamés de quien fue separado cuando era niño y dado por muerto en un incendio ¿Cómo lo sabe? Resulta que descubre que puede ver a  través de los ojos del hermano y viceversa. Las imágenes que se presentan ante sus ojos le dan pistas que lo llevan hasta Alemania en donde, el gemelo malvado aprovecha el parecido idéntico para inculparlo de sus crímenes. 


Como se aprecia, la cinta tiene un poco de La mitad de oscura de Stephen King, una novela publicada siete años después. También se parece a Dead Ringers de David Cronenberg, protagonizada por un par de gemelos con personalidades opuestas en donde ambos comparten a la misma mujer y, por si fuera poco, igualmente es similar a Raising Cain del ya citado Brian de Palma, cayendo en los mismos errores pero logrando tener un desarrollo más coherente.Los asesinatos no llegan a ser de una brutalidad explícita, no obstante, hay un par de abusos sexuales que resultan aún más perturbadores. La carga de drama y erotismo es acentuada por la música del legendario compositor ¡Ennio Morricone!


Si en el thriller de De Palma, John Lithgow se pasó de histriónico ofreciendo una de sus actuaciones más teatrales, en Blood link es una grata sorpresa ver a Michael Moriarty (posterior co-protagonista de la serie La ley y el Orden) interpretando un atinado doble rol del tímido doctor y el despiadado homicida, es de agradecerse su esmero siendo una película de bajo presupuesto; lo mismo sucede con Penelope Mildford, una actriz que en el tramo final prácticamente acapara el protagonismo, brindando los momentos más afortunados, cobrando su papel gran relevancia. A esas alturas ella ya había recibido una nominación al Oscar por la película Regreso sin gloria. Así que ambos tienen talento para sacar adelante la historia pese a las imperfecciones técnicas. 

Para los fanáticos de los Doppelgänger y gemelos diabólicos. Pasable.

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