
Título que inevitablemente remite a cualquiera de las películas de George A. Romero acerca de muertos vivientes, donde si bien aparecen algunos zombies deplorables, en realidad va de otra cosa ¡Y qué cosa Dios mío! Juro que André Breton, Luis Buñuel, Salvador Dalí y un William Burroughs con doble dosis de morfina y ahogado en alcohol, no hubieran conseguido crear juntos una trama tan surrealista, delirante y descabellada.
Al inicio de la película...