En El dormilón, antes de que Stallone, Schwarzenneger y otros héroes de acción fueran enviados al futuro, Woody Allen ya nos contaba la historia de un sujeto que tras una operación de apendicitis, despierta doscientos años después, encontrándose en un mundo de robots, drogas virtuales y avances tecnológicos (mi favorito el orgasmatrón). Una vez más en tono paródico y con escenas que homenajean las comedias del cine mudo, Woody Allen consigue uno de sus filmes más alocados. Las múltiples referencias a la novela 1984 de George Orwell son evidentes. Hoy en el cumpleaños del genio neoyorkino los invito a recordar ésta comedia futurista.
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