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Santo contra la invasión de los marcianos

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domingo, 10 de septiembre de 2017

SANTO VS LA INVASIÓN DE LOS MARCIANOS (1966)

La película que comento a continuación pone de manifiesto que Ed Wood podrá ser considerado el peor director en la historia de la cinematografía mundial, sin embargo, le siguen de cerca realizadores que bien podrían pasar como sus alumnos más aventajados, tal es el caso del alemán Alfredo B. Crevenna quien, sorpresivamente unos años después fuera nominado al León de Oro en el Festival de Venecia (La rebelión de los colgados/1954) y a la Palma de Oro en Cannes (Talpa/1956). Quizá un extraterrestre con ínfulas de cineasta usurpó su identidad, nunca lo sabremos.

El responsable del disparatado guión de Santo vs la invasión de los marcianos cuya influencia más notoria son los seriales de Flash Gordon producidos a finales de los años 30 y el cine de ciencia ficción estadounidense de los cincuenta, es Rafael García Travesi, colaborador habitual en las películas del enmascarado de plata.


El asunto va de unos marcianos que visitan la tierra haciendo escala en México, con el fin de advertir a los terrestres que, de insistir con nuestras guerritas, pruebas nucleares y demás actividades belicosas, se verán en la necesidad de aniquilarnos por el bien del universo, mismo discurso que en la clásica El día que la tierra se detuvo (1951). Presumiendo un desarrollo tecnológico que adelanta por cinco siglos a los primitivos terrícolas, los marcianos optan por demostrar al mundo su poderío desintegrando con un mentado ojo astral a los pobres mexicanos, a quienes han elegido por ser pacifistas ¡Si serán abusivos!

Al igual que en La guerra de los mundos (1953), los visitantes no soportan el aire terrestre (el smog diría yo) por lo que se ven obligados a tomar unas cápsulas de farmacias similares. Pero su verdadera preocupación es ¡El Santo!

Cinta de humor involuntario que plantea una infinidad de interrogantes sin respuesta:

¿Por qué al inicio un marciano se teletransporta justo a la cancha de futbol llanero donde Santo da clases de lucha libre a unos niños?

¿Por qué el marciano se enfrasca con Santo en un duelo de llaves y contrallaves pudiendo desintegrarlo con el ojo astral?


¿Por qué los marcianos usan mallas y capa de luchador y se atreven a decir que Santo es un terrestre que viste extrañamente?

¿Por qué desintegran a una veintena de personas y el périodico anuncia la desaparición de millares? ¿Por amarillismo?

El jefe marciano para no aterrorizar a los humanos propone a su tripulación usar la cámara transformadora, entran vestidos de luchadores y salen disfrazados de romanos. Por si fuera poco, rebautiza a todos con nombres de la mitología griega: Cronos, Hércules, Afrodita, etc. ¿Cómo pa qué?

Con el fin de estudiar a la especie humana, los marcianos después de viajar años luz tienen la grandiosa idea de llevarse a su planeta a un sui generis grupo de personas integrado por: una familia enajenada con el televisor, un par de industriales calenturientos, un padrecito de iglesia que no se roba las limosnas (el único caso digno de estudiarse) y un escritor de ciencia ficción. Por supuesto, una vez que han puesto a prueba la fortaleza sobrehumana de El Santo, (católico, apostólico, omnipotente y mesiánico ídolo del cuadrilátero), intentan llevárselo para analizar su cerebro y huesos y en base a ello crear un super ejército galáctico. En lo dicho, Capitán América nos la pela.


Mi momento favorito es cuando las buenonas y cachondas marcianitas encabezadas por Maura Monti, bailan A go-go presumiendo piernón de campeonato mundial ¡Así, hasta yo me dejo abducir!

Diviértanse con el trailer.

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